Farmacity en lucha

Farmacity en lucha
Trabajadores de Farmacity

martes, 11 de febrero de 2014

"Los laboratorios controlan el negocio", dice Quintana. (Diario Tiempo Argentino e Infobae)

Entrevista de Tiempo Argentino a Mario Quintana, titular de Farmacity. El ejecutivo rompió el silencio y culpó al primer eslabón por los altos precios de los medicamentos.

Mario Quintana, el fundador y presidente del directorio de Farmacity, la principal cadena de farmacias minoristas del país, está indignado. Se queja porque los medicamentos están caros y dice que los laboratorios tienen la sartén por el mango de un negocio que en el año 2012 movilizó $ 3500 millones.

Además, Quintana asegura que los grandes laboratorios nacionales y extranjeros han logrado frenar el negocio de los medicamentos genéricos para obtener más ganancias y que, de esta manera, perjudican a sus clientes.

–¿Por qué razón Farmacity salió a hablar ahora?

Se pretendió instalar la idea de había una puja de intereses entre Farmacity y los kiosqueros por un lado, o entre Farmacity y la farmacia pequeña, y nos pareció importante decir la verdad sobre el asunto. Por eso aclaramos que el verdadero problema es que la intención de los laboratorios de sostener un sector minorista debilitado y atomizado.

–¿Por qué motivo lo dice?

Para sostener un nivel de precios caro para los medicamentos como existe hoy en la Argentina es importante impedir la entrada del producto genérico y para eso los laboratorios tienen hoy un control muy fuerte sobre el canal mayorista. En la medida que el sector minorista sea muy atomizado, la única forma de llegar a esas 14 mil farmacias es a través de un canal mayorista controlado por ellos y también es una manera de imponerle una barrera de entrada muy alta al producto genérico.

–¿Por qué no se desarrolló como se esperaba la política de genéricos en la Argentina?

Más allá de que haya una oferta de productos genéricos es muy fuerte la influencia del médico en la decisión del paciente. Eso por un lado. Por el otro, por distintos mecanismos, muchos de los grandes compradores de medicamentos (PAMI, prepagas, etc.) no están impulsando de manera significativa la introducción de genéricos. Si uno compara internacionalmente, otros países de la región han penetrado con los genéricos de manera mucho más agresiva que Argentina. Lo que nosotros hemos hecho es un sistema de descuentos agresivos sobre algunos productos de marca y sobre algunos productos genéricos en algunas provincias, y ahí el porcentaje de incorporación ha sido mucho más alto. Varía mucho de una plaza a otra.

–¿Qué ocurre en la Ciudad de Buenos Aires donde ustedes tienen una mayor penetración comercial?

La participación de genéricos es mucho más baja que en provincias del interior por el comportamiento de la gente.

–Ustedes hicieron una presentación ante la Comisión de Defensa de la Competencia (comisión antimonopolio). ¿Cuál fue la razón?

Por una cantidad de acciones discriminatorias que han tomado contra Farmacity en los últimos tres años. Las más graves son dos. En las farmacias que abrimos desde octubre de 2010 a la fecha, no nos han habilitado ninguna obra social, ni PAMI ni prepagas. Denunciamos que hay un mecanismo para perjudicar a Farmacity. Otro es que nos han aumentado de manera discriminatoria y unilateral las comisiones que les pagamos a obras sociales, prepagas y PAMI, este último el más grave, donde pasamos de pagar 17% al 26,5% en concepto de comisión, sólo Farmacity.

–¿Cuál es el debate central que moviliza hoy al sector?

Hay una discusión muy importante. Saber si se va a reglamentar el sector en pos de los intereses comerciales o de los intereses de la gente. En este sector la gente ha quedado a un costado, se han resuelto muchas cosas en mesas chicas de espaldas a la gente. Cuando la resolución del M;inisterio de Salud dice que pasaría a ser un delito comprar un broche para el pelo o un alfajor en una farmacia, creo sinceramente que no le están dando la derecha a la gente.

–¿Existe mucha concentración en el negocio minorista de medicamentos?

Vamos a llegar a fin de año 200 farmacias sobre un total de 14 mil. Tenemos el 1,5% de las farmacias habilitadas del país. En el mercado más grande, la provincia de Buenos Aires, estamos proscriptos, porque una sociedad anónima tiene prohibido tener una farmacia. Y nosotros como sociedad anónima no podemos ir.

–¿Cómo se podría hacer para bajar los precios de los medicamentos?

Somos un actor importante, pero no definimos precios. Los precios no los definen las farmacias. Lo que puedo opinar como actor del sector es que si uno hace una comparativa internacional con países relevantes de ingresos similares es verdad que los precios de los medicamentos en Argentina están caros. Y cuando uno ve las experiencias en otros países sobre cómo se ha logrado una reducción en los precios generalmente ha sido con la introducción de genéricos. No conozco otro mecanismo.

– Hay que transparentar un poco más el mercado...

Sí, y además es un mercado donde hay muchos eslabones en control de una sola mano.

– De quién estamos hablando?

De los laboratorios, que manejan la distribución y el negocio.


Fuente: Tiempo Argentino.





Las restricciones a Farmacity no beneficiarán a la gente


"La legalidad de dicha norma es muy cuestionable", sostuvo Mario Quintana, presidente y cofundador de la exitosa cadena de farmacias.

La reciente Resolución 1632 del Ministerio de Salud de la Nación, que prohíbe la venta de ciertos productos en las farmacias, ha generado un fuerte debate.
A partir de su entrada en vigencia, será ilegal vender en una farmacia un babero, una barra de cereales o un par de medias.

En una reciente columna de opinión divulgada por Perfil, Mario Quintana, presidente y cofundador de Farmacity, sostuvo que "la legalidad de dicha norma es muy cuestionable, por lo que Farmacity recurrirá a la justicia para que se expida. Pero más allá de lo jurídico, la pregunta es: ¿Cuál es el propósito de la regulación, y a quién busca beneficiar?"
"El sector de farmacia, como eslabón esencial del sistema de salud, indudablemente debe ser regulado por el Estado para que cumpla con los objetivos del bien común: asegurar cobertura universal, con medicamentos de calidad, con profesionales farmacéuticos al servicio del paciente, con la mejor calidad de atención y a los menores precios posibles.

¿Cuáles de estos objetivos persigue esta resolución?", dijo.

Para luego añadir: "Claramente no beneficia a la gente".

"Desde su misma concepción, Farmacity ha sido siempre una empresa orientada a la gente. Innovó a partir de modelos exitosos de otros países, adecuándolos al gusto de las familias argentinas. En un sector acostumbrado a decidir todo en mesas chicas, de espaldas a la gente, nuestra clave del éxito fue pensar primero en la gente y enfocar todos nuestros esfuerzos para atenderla mejor. A pesar de los muchos errores cometidos, mantenemos una obsesión desde el momento cero: mejorar cada vez más en el servicio a nuestros pacientes, cuidando de su salud y su bienestar", aseveró.

"Sólo como ejemplo, basta recordar la odisea que resultaba tiempo atrás conseguir un medicamento por la noche, cuando no existían farmacias abiertas 24 horas todos los días de la semana", recordó.
"Fueron los pacientes, con su decisión de compra y con encuestas hechas a lo largo de los años, quienes nos enseñaron qué quieren comprar en nuestras farmacias. Las categorías que se incorporaron buscan su comodidad, y las eliminadas lo fueron por no ser valoradas", continuó.

"Creemos en la gente y en su capacidad de decidir: así como en el rol ciudadano el poder te lo da el voto, como consumidores el poder te lo da la decisión de qué comprar, a quién y dónde", sostuvo.

"Prohibirle a una madre que va en busca de un medicamento a una farmacia que compre un chupete para su bebé o un alfajor para su hija, con el supuesto argumento de defender a la salud pública, no puede sino considerarse un insulto a la inteligencia del pueblo argentino", expresó.

Para luego indicar: "También podría uno aducir que la regulación debe beneficiar a los trabajadores del sector. Sin embargo, la llegada del nuevo formato al sector marcó un punto de inflexión: más puestos de trabajo, mejores remuneraciones, más inversión en capacitación y pleno cumplimiento de leyes laborales y previsionales. Los dirigentes gremiales del sector dan fe de ello".

"Tras dieciseis años de invertir en el país, y con presencia en catorce provincias, damos hoy empleo directo a 4.697 personas, incluyendo 537 profesionales farmacéuticos", dijo.

"Si en cambio el objetivo fuera proteger a las farmacias tradicionales, flaco favor es imponer una limitación a su posible surtido. Que algunos de sus voceros defiendan la norma suena más bien a defensa de otros intereses", añadió.

"Permanecen entonces las preguntas: ¿Qué intereses se priorizan cuando se decide semejante irracionalidad? ¿Quién es el verdadero beneficiario de una medida orientada a dañar a las farmacias innovadoras para mantener al sector minorista atomizado, debilitado y ahogado financieramente?"

"Grupos preocupados por nuestro crecimiento quieren frenar la modernización del sector, aduciendo que el modelo de negocios -implementado ya por muchos en el país- es un atentado contra la salud pública. Parece irrisorio, pero avanzan con su cometido", escribió Quintana.

"La respuesta pasa por el manejo del negocio de los medicamentos en el país. Es un sector que factura $ 50.000 millones al año, con precios muy por encima de los vigentes en países comparables. El tema excede esta nota y será objeto de debate pronto. Un anticipo: los ganadores son siempre los mismos: los laboratorios medicinales. Una mano maquiavélica, detrás de bambalinas, teje y da las órdenes", concluyó.

FUENTE: iprofesional.com




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